Nuestro principal trabajo en San Roque

Antes de llegar a Mozambique, ya nos pidieron las Hermanitas que nos responsabilizáramos del Orfanato del 9 al 26 de Agosto, que ellas iban a aprovechar para tener una Profesión Solemne de otra Hermanita, así como 7 días de Retiro y descanso. Es muy importante el poder descansar y separarse del día a día del funcionamiento del internado, pues como este centro está aislado, no es fácil mantener una distrancia necesaria para recargar energías. Nuestra presencia posibilitó el que se fueran a más de 2.000 km., al norte del país, a Nampula, para tener esos actos.

Nos encanta poder ayudar en donde se necesita, pues aunque nosotros vamos cada uno con nuestras especialidades, fundamentalmente vamos a Mozambique a ayudar donde haga falta. El trabajo en estos días ha sido de lo más duro y agotador, pero nos ha servido para conocer de primera mano el funcionamiento interno del orfanato. Nos ha tocado lidiar con los chicos, y también con los trabajadores. Esta misión tiene contratados seis trabajadores, que se encargan de los dormitorios masculino y femenino, animales, biblioteca, ropa y huertas. Esta misión tiene 8 vacas y 1 toro, además de cabritos, gallinas, conejos, patos, cerdos, etc.En cuanto empezamos a encargarnos del centro, aumentó la presencia en la farmacia de la Misión: todos los niños querían alguna pastilla y comprimido, y simulaban catarros, dolor de garganta, barriga, etc. para que les prestemos atención. Después era un "trabajazo" discriminar quien necesitaba la atención y quien no.

Poco a poco los tres nos vamos soltando y asumiendo nuevas responsabilidades. Una de nuestras tareas en este tiempo ha sido la de dar clases de refuerzo a los distintos niveles, con el fin de aumentar lo aprendido en la escuela. Esto ya lo venían haciendo las hermanas, y continuan haciéndolo ahora que nosotros no estamos. Nosotros simplemente hemos apoyado esta actividad haciendo más grupos o liberando temporalmente a alguna Hermana de este trabajo. Nos ha servido para conocer un poco más a cada chico, y sus dificultades en la escuela.

En esos días la verdad es que no hemos parado y, a la hora de cenar, ya estábamos los tres agotados. Afortunadamente el 26 de Agosto llegaron de nuevo las Hermanitas, y comprendimos un poco mejor todo el trabajo que desarrollan.